Cinco días y un misterio:capítulos 9 y 10.

 



Capítulo 9: Hasta luego, señora Dameto


Como en equipo siempre es mejor que individual, al día siguiente cogimos a toda la clase y les contamos que Dameto no podía pagar su alquiler y que le íbamos a ayudar a mudarse aquí. Como vosotros ya sabéis, sólo la última parte es verdad.


Todos le ayudamos y Elias le dijo al pueblo lo mismo y que por eso había robado el trofeo para ganar dinero. Otra vez, sólo una mitad era verdadera. Los habitantes de Zarres tienen un corazón muy bondadoso y no le tuvieron rencor, sino todo lo contrario. La señora Sesma era una viuda en el pueblo y le dijo a nuestra profe que le dejaba una habitación de su casa a cambio de que la hiciera compañía y que la ayudara con el trabajo del campo. Obviamente, aceptó.


Pero el jueves por la tarde, antes de que la profesora Dameto desapareciera para siempre, un señor trajeado se presentó en el pueblo y cogiendo a Ivy, le dijo:


- ¿Eres tú alumna de la señora Dameto?


- ¿Quién?


Entonces, sacó una pistola y poniéndola en su espalda, le dijo:


- Mira niña, no estoy para jugar a las muñecas. Dime dónde está tu querida profe de música y no sufrirás ningún daño.


Martínez, que estaba detrás de una columna, vio a Ivy en peligro y algo en su cuerpo le hizo agarrar por detrás al señor y ponerse en medio de él e Ivy mientras le decía.


- Quien sí que vas a sufrir vas a ser tú. Acabas de cometer un delito amenazando con un arma a una persona encima menor, aunque sabemos que no es el primero que cometes. Ivy no conoce casi a Dameto, le deberías de haber preguntado por Rebeca Burciaga, que tanto ella como tú le conocéis muy bien.


Esto pilló al señor por sorpresa, pero se quedó más sorprendido al ver a Rebeca Burciaga caminando hacia él. Pero lo que nadie sabía es que detrás de ella salieron dos policías y la cogieron por ambos brazos. El señor dijo:


- Fin del juego, Burciaga.


Entonces Elia, que llevaba tiempo callada, salió y dijo.


- Estamos en Zarres y esta señora lleva viviendo aquí dos semanas. Da igual que haya cometido crímenes, que por cierto no los ha cometido…


Sólo hacía cuatro días que habíamos llegado, pero eso no se podía demostrar. Elia iba a seguir con su discurso, pero uno de los policías le cortó y dijo:


- ¿Cómo que no los ha cometido?


- Sí que los ha cometido, pero ahora estáis en Zarres y bajo sus leyes. Nuestra ley número 22 dice “Cualquier acto ilegal que se haya puesto en espera durante un periodo mayor de 2 años quedará inmediatamente absuelto, al igual que el culpable”. Rebeca ya es ciudadana oficial de aquí, por lo que su crimen queda absuelto, ya que se fugó hace 6 años.


El ex de nuestra profe se quedó en blanco y los policías tras meditar unos segundos concluyeron:


- No estamos muy seguros del significado de esta ley, pero lo miraremos con más delicadeza y abriremos una investigación judicial. Por ahora, la señora Rebeca Burciaga no tiene ningún crimen y puede vivir como una ciudadana normal.


Mientras la profe nos abrazaba a los cuatro con los ojos llenos de lágrimas, el segundo policía se acercó al señor trajeado y le puso unas esposas mientras le decía:


- En cambio usted señor no tiene la misma suerte, pues queda detenido por uso de armas y amenazar con ellas a un menor.


Entonces vimos cómo se iban los tres en el coche policial. Volviendo al hotel (era ya la hora de cenar), Elia le preguntó a (ya oficialmente) Rebeca Burciaga:


- Entonces, ¿te vas a quedar a vivir en Zarres o no?


- Ya es hora de que decida cómo va a ser mi vida a partir de ahora y creo que le debo una a este pueblo después de haber roto su trofeo.


Capítulo 10: ¿Fin?


Todo pasó muy rápido después de esa frase.


El viernes se celebró el concurso de música ya que se volvía a tener trofeo. El premio lo dieron Elia y Rebeca Burciaga. Creo que desde ese momento se hicieron buenas amigas.


Nosotros volvimos a la ciudad y las cosas volvieron a ser como antes, pero con algunos cambios. Me uní al equipo de baloncesto y nunca pensé que iba a ser ŧan divertido. Además, me empecé a llevar mejor con Martínez y ahora ya forma parte de mi grupo de amigos. 


Un día, teníamos la final de la liga contra el instituto rival (sé que eso suena muy de instituto de película americana, pero me hacía ilusión escribirlo) y Elia nos fue a ver. Cuando acabamos el partido, se nos acercó y le preguntamos por la vida en el pueblo y por la señora Dameto, es decir, Burciaga. Nos contó que se había casado con el hermano mayor de Max (os vuelvo a recordar que es el ex de Elia) y que ahora trabajaba como escritora y camarera. Nos contó que una semana antes fue el juicio y que ahora era libre pero con libertad condicional de dos años, el tiempo que le quedaría de cárcel.


Ahora llega el momento de que me despida y lo haré de la manera más cursi y corta posible, porque lo bueno y breve, dos veces bueno. Sólo digo que muchísimas gracias por haberme aguantado todas estas páginas y que seguramente penséis que me he inventado esta historia y que es una casualidad que me haya pasado esto a mí por eso os diré una cosa que espero que tengáis presente el resto de vuestros días: el mundo está lleno de misterios que esperan ser resueltos, así que no esperéis a que ellos os encuentren. Sólo necesitáis iniciativa y un poco de suerte. ¡Hasta el siguiente misterio!







Entradas populares de este blog

Graduación 2Bachillerato curso 22/23

El mejor regalo es volver a casa.