La ciudad industrial a través de las fuentes literarias






Dentro de los contenidos de la Era Industrial para Historia del Mundo Contemporáneo se describen las características básicas de la ciudad industrial y las condiciones de vida de la clase obrera. Para evitar memorizar sin relacionar un listado de aspectos básicos, hicimos este ejercicio partiendo de dos textos (uno literario y otro un informe político). Los alumnos de 1º Bachillerato debían dibujar el modelo de ciudad obrera industrial que imaginaban a partir de la lectura en clase de los fragmentos.









"Era una ciudad de ladrillos colorados, o más bien de ladrillos que habrían sido colorados si el humo y las cenizas lo hubiesen permitido; pero, tal como estaba, era una ciudad de un rojo y de un negro poco natural, como el pintado rostro de un salvaje. Era una ciudad de máquinas y de altas chimeneas, de donde salían sin descanso interminables serpientes de humareda que se deslizaban por la atmósfera sin desenroscarse nunca del todo. Tenían un canal oscuro y un arroyo que llevaba un agua enturbiada por un jugo fétido, y existían vastas construcciones, agujereadas por ventanas, que resonaban y retemblaban todo el santo día, mientras el pistón de las máquinas de vapor subía y bajaba monótonamente, como la cabeza de un elefante enfermo de melancolía. Contaba la ciudad con varias calles grandes que se parecían entre sí y con infinitas callejuelas aún más parecidas unas a otras, habitadas por gentes que se parecían igualmente, que entraban y salían a las mismas horas, que pisaban de igual modo, que iban a hacer el mismo trabajo y para quienes cada día era idéntico al anterior y al de después, y cada año, el vivo reflejo del que le había precedido y del que iba a seguirle."
(Charles Dickens, Tiempos difíciles, 1854)

"Las habitaciones de las clases más pobres están en general muy sucias. En la mayoría de los casos constan de una sola habitación, que, por la pésima ventilación y a causa de las ventanas rotas e inadecuadas, es fría, muchas veces húmeda, y se encuentra, en parte, bajo tierra, siempre mal amueblada y, por tanto, inhabitable. A menudo, un montón de paja sirve de lecho a una familia entera. El agua se obtiene solo de pozos públicos, y la fatiga requerida para bombearla justifica, naturalmente, todas las suciedades posibles."
(Informe sobre la ciudad de Edimburgo leído en el Parlamento Británico en 1837)



Gloria Campo ( Dpto.de historia)







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