¿Matar o dejar morir una mariposa? - Carol Milagros Llontop Rodríguez
¿Matar o dejar morir una mariposa?
Crecí con los puños cerrados,
cuando debía tener las manos sucias de juegos.
Protegí a mi pluma del monstruo
mientras fingimos algo perfecto
llena de gritos, sangre y vidrios rotos.
Nunca fui la mariposa brillante,
me compararon hasta apagarme,
y en cada nota más baja mostrada
me arrancaban un pedazo de futuro.
Los payasito , los lugares tristes,
las curitas en mi piel,
los caramelos que callaban mi llanto…
me decían que era “atención lo que buscaba”,
pero nadie se detuvo a mirarme.
Mi monstruo eligió otro sentir,
otro respiro, otra emoción .
A mí solo me dejó el eco de su ausencia
y un vacío que se repite
en cada relación que intento tener.
Me levanté , me caí,
me señalaron , me juzgaron,
me llamaron ladrona cuando lo único que robaba de ellos
era un instante para sentir que existo.
Y aquí sigo,
llorando sola en habitaciones mudas,
hablando a la pluma que no siempre escucha,
con el corazón roto y cansado de ser fuerte.
Soy una herida que aprendió a escribir,
soy el dolor hecho palabra,
y aunque el mundo me caiga,
todavía respiro,
Y todavía lo intento.