Premios literarios: " Utopías y distopías"

 





UN DÍA EN LAS PROFUNDIDADES


PRÓLOGO

Si leéis el título, a lo mejor pensaréis en una ciudad sumergida con seres raros que respiran bajo el agua, pero no es así. Turqueville es una localidad pequeña, situada en el golfo de Guinea, concretamente, en el punto donde se juntan el meridiano de Greenwich y el ecuador. Los habitantes de Turqueville son humanos normales y corrientes. Pero para explicaros este extraño fenómeno, hay que retroceder muchísimos años atrás.


Hace tiempo, hubo un gran desastre natural que nadie había previsto. Bueno, en realidad un pueblo sí que lo sabía, ya que tenían un calendario basado en cálculos enrevesados que les advertía de cosas como eclipses, terremotos, tsunamis… Así que cuando vieron que se venía encima una catástrofe, se pusieron manos a la obra. Un navegante llamado Theodore contó que había descubierto un volcán inactivo al fondo del océano que era muy amplio y era rico en minerales. Después de haber escuchado esto, todo el pueblo se puso a construir submarinos para mudarse y las personas más fuertes, a construir una gran cúpula de vidrio. Después de que todo el pueblo se hubiera mudado, cubrieron el volcán con turquesas, ya que es una piedra esencial para los viajeros para tener buena suerte. Con el paso del tiempo, se dieron cuenta de que, desde Turqueville, podían controlar todo lo que pasaba en la superficie. De modo que crearon la ATLANTIS (en griego quiere decir “atlántida”), una asociación de espías que controlan todo lo que pasa en el globo terráqueo y ponen a la gente a salvo sin salir del volcán. Todos los habitantes de Turqueville saben de su existencia, pero no todos pertenecen a ella. Por ejemplo, los protagonistas de este relato sí. Sus nombres son Ivanna, James, Kyla y Phil y pertenecen a la ATLANTIS. Todos sus padres tienen un cargo importante en Turqueville, pero ninguno de sus hijos quieren ser lo que son ellos: Ivanna es hija de cocineros y quiere ser cantautora, James es hijo de mineros y quiere ser sastre, Kyla es hija de maestros y quiere ser jugadora profesional del shellball (ella os explicará qué es) y Phil es hijo de alcaldes y quiere ser mecánico o inventor. Aunque todos ellos sean diferentes, se tendrán que unir para resolver su primera misión.


CAPÍTULO 1: IVANNA

Todos los días soy la última de mi familia en levantarme.Los clientes del chiringuito de mis padres ya han empezado a entrar. Me tomo un zumo rápidamente, cojo mi ukelele y voy hacia la Plaza Turquesa. Hoy toca resistencia. Cuando ya llevamos veinte minutos de carrera, viene nuestra jefa, Megan, y nos llama a los cuatro al despacho. Megan es maja, pero impone mucho. Su sobrino también va a la unidad de élite, se llama James y le encanta la moda (aunque es el hijo de los mineros). Es la primera vez que bajo más allá del primer piso, ya que la agencia tiene muchísimos pisos subterráneos. Veo a varios agentes que se preparan para resolver sus misiones. Yo de momento no he tenido ninguna misión, pero a lo mejor nos ha convocado para asignarnos una. ¡Qué emoción!


CAPÍTULO 2: JAMES

Todavía no me creo lo que acaba de pasar. Hemos llegado al despacho de mi tía Megan y nos hemos sentado en unas sillas chulísimas. Ella también se ha sentado y nos ha dicho literalmente: “Mis queridos agentes, lleváis mucho tiempo en la agencia y sois los únicos que no habéis tenido una misión. Pero hoy eso va a cambiar. Nuestros espías de la superficie nos han informado de una ciudad española, llamada Alcorcón, que afirma haber visto ovnis hace años y teme que vuelvan a aparecer. Vuestro objetivo va a ser intentar encontrar la farsa aquí y demostrar a los alfareros que los ovnis no visitarían su ciudad antes que otras como París, Washington, Seúl, Roma, Moscú, Buenos Aires, etc.”

Después de decir esto, ninguno hemos contestado. No tenemos palabras: tenemos una misión.


CAPÍTULO 3: KYLA

Nos han llevado a una sala con mesas, sillas, ordenadores y una gran estantería. En cada mesa pone un cartelito con cada uno de nuestros nombres: Phil, Ivanna, James, Michaela. Odio que pongan mi nombre completo. Mi abuelo Theo me llama Kyla, que suena mejor. Si estáis pensando que mi abuelo es el Theodore de la estatua que hay en la plaza, no vais desencaminados. Mi abuelo es descendiente del fundador de Turqueville, que fundó la ciudad hace miles de años. Mientras los habitantes construían la gran burbuja, mi antepasado lo fue escribiendo en un diario que ahora pertenece a mi abuelo. Me encanta ir a su casa a que me lo lea, pero hoy no va a poder ser. Tenemos que decorar todo, ya que esta va a ser la sala desde la que completaremos nuestra misión.


CAPÍTULO 4: PHIL

No sé qué puedo decir. Es el segundo día y parece que llevo haciendo esto toda mi vida. Mis padres no se podían ni imaginar que quisiera meterme en una agencia. Aunque mis padres sean los alcaldes, a mí no me gusta gobernar ni nada por el estilo.Mi grupo me encanta, ya que cada uno de mis compañeros es de una zona de la ciudad, ya que Turqueville es una estrella de cuatro puntas que tiene en el centro la Plaza Turquesa. Aunque los cuatro extremos están a la misma distancia de la plaza, cada uno de nosotros llegamos a una hora distinta. Cuando ya hemos colocado todo, nos ponemos con la información. Los agentes de la superficie que están en “Alcorcón” (mira que es un nombre feo) nos han mandado datos sobre la misión: básicamente, un señor murió sin decir que las cartas eran mentira.


CAPÍTULO 5: JAMES Y KYLA

Después, hemos tenido una discusión. No por la misión, sino por la pared. Nosotros queríamos pintarla negra y Phil e Ivanna, blanca. Nosotros creemos que el blanco es muy sucio y  el negro hace la habitación más pequeña y acogedora. Luego, ha venido Roy y ha decidido que la pared iba a ser…¡gris! Los cuatro hemos estado de acuerdo y hemos continuado con la misión. Yo (Kyla) creo que los alienígenas que los de Alcorcón vieron eran verdad, ya que sus cartas previnieron objetos, como el pendrive, que en esa época ni habían pensado. No hemos conseguido nada, pero como yo les digo a mi equipo de shellball (es un deporte que consiste buscar la concha que contiene bolas para eliminar a tus contrincantes) “Es mejor fracasar muchas veces que no intentarlo ninguna”.


CAPÍTULO 6: IVANNA Y PHIL

Creemos que la misión era una trampa. Hoy tocaba contactar con los alienígenas, pero nos ha salido el contestador de una empresa de pizzas. Después de comernos tres (había una oferta), ha venido Megan a ver cómo íbamos. Después de que hayamos reconocido que no habíamos resuelto nada nos ha dicho: “El resultado de esta misión, fuera cual fuera, no tendría importancia. Esa gente (los alcorconeros) viven felices con lo que pasó y nosotros no somos nadie para quitarles esa felicidad. El resultado que nos importa han sido las ganas que habéis puesto al intentarlo. Ya sois oficialmente la unidad de élite de la ATLANTIS”. Tras haber dicho esto, los cuatro nos hemos fundido en un abrazo y hemos mirado hacia arriba, a la superficie, donde a lo mejor iremos un día. Y todo será gracias a esta misión.


EPÍLOGO

Después de todo lo que estos adolescentes han contado, seguro que tenéis ganas de visitar Turqueville, como me pasó a mí. Cuando James, Ivanna, Phil y Kyla me describieron el pueblo y la sede, me puse a investigar cómo se podía viajar al volcán donde se encuentra. Me fui entonces a una localidad francesa que, curiosamente, se llama Turqueville. Y allí encontré lo que necesitaba.


Resulta que, después de la catástrofe natural, hubo varios agentes de la ATLANTIS que salieron a la superficie para ver si se podía volver a vivir allí. Pero se encontraron con que el mundo ya no era un lugar bonito, pacífico, tranquilo y respetado. Ahora la gente luchaba por otros territorios, se separaba a las personas según su nacionalidad o tono de piel y, lo más importante, se trataba al planeta como si fuera un vertedero. Así que, dicho de otro modo, Turqueville prefiere permanecer sumergida y que la gente piense que es una leyenda. Pero las leyendas siempre tienen algo de verdad.

Sonia Martín 1° ESO

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