LA MARIPOSA DE TU VIDA IX , X, XI: EL SUSPENSO, EL CASTIGO Y MIS AMIGOS

 EL SUSPENSO

¡Un dos! Cómo podía haber sido yo tan inútil de sacar un dos. Y encima en el global de matemáticas . Tampoco es que hubiera estudiado mucho pero ¿¡un dos, en serio!? 


Al acabar la clase, mis amigos vinieron a mi mesa a preguntarme qué tal el examen (y a felicitarme por la nueva canción pero en esos momentos importaba más la nota de mates). Yo me resigné a enseñarles la agenda, donde estaba apuntada mi nota. Mis amigos fliparon bastante porque aunque no suelo sacar dieces, sí que apruebo la mayoría de los exámenes. Cristina se ofreció a ayudarme a estudiar para el próximo examen pero yo estaba de mal humor y no acepté su ayuda.


Llegué a casa a la hora de comer y le conté el suspenso a mi madre. Se lo tomó mejor de lo que yo pensaba pero me dijo que ese viernes no iba a salir, sino que me iba a quedar en casa estudiando matemáticas y que ella me podía ayudar.


Cuando llegó mi hermano y le dije la nota, se ofreció a ayudarme a repasar antes del próximo examen y yo le negué la ayuda bruscamente, diciendo que podía estudiar y aprobar por mi cuenta.


Sabía que mi madre, mi hermano (que encima ese día había venido desde Irlanda para quedarse unos días con nosotros) y mi amiga sólo querían ayudarme pero yo estaba mal y sentía que lo hacían porque no pensaban que fuera capaz de conseguirlo por mi cuenta.


Cuando me iba a poner a hacer los deberes de aquel día, me sonó el móvil y vi que me había llegado un mensaje.


“La mariposa sabe que si llega al final de la jornada a un destino vacío, sin compañía, su camino no habrá valido la pena.” ~mariposa




EL CASTIGO

Viernes sin salir. ¿Puede haber algo peor? 


Ése había sido el castigo que me había impuesto mi madre por suspender. “Así aprovecharás el viernes”, había dicho.


Y ahí estaba yo, ante el escritorio de mi habitación, que estaba lleno de apuntes, hojas de archivador y papeles varios. No podía dejar de pensar en lo bien que se lo estarían pasando mis amigos fuera, en la calle. 


Me sonó el móvil, indicando que me había llegado un WhatsApp. Me había olvidado de dejarlo fuera de la habitación, para que no pudiera distraerme con nada.

 

Abrí el mensaje y leí:


“La soledad existe para enseñar la convivencia, la rabia existe para mostrar el valor de la paz, el silencio para enseñar sobre el valor de la palabra, la enfermedad para resaltar la bendición de la salud. Asimismo, el encierro existe para enseñar el valor de la libertad.” ~ mariposa


Como siempre, la mariposa tenía razón porque la verdad es que ahora me parecía totalmente absurdo mi comportamiento algunos días, cuando mis amigos me llamaban para salir a la calle un rato, a dar una vuelta y yo les decía que no porque prefería estar en casa, viendo la tele o leyendo.


MIS AMIGOS

Aprobé. Y con bastante nota. Al final la tarde (y el fin de semana) de estudio habían merecido la pena. 


Pero como esto de la vida es una continua montaña rusa, la alegría no me duró mucho ya que en el camino discutí con Sara y con Jorge, que se habían enfadado conmigo porque no les había esperado a la salida. Es verdad que normalmente yo salía más tarde y ellos siempre me esperaban pero ese día yo tenía ganas de llegar a casa y no les esperé.


Ellos me alcanzaron por el camino y tampoco es que estuviesen enfadados pero me dijeron que no esperaban eso de mí, que estaban decepcionados. Y eso fue para mí como la peor de las broncas, ya que ellos dos son mis mejores amigos y no les quería perder por nada del mundo.


Llegué a casa y como mis padres no habían llegado todavía, decidí tocar la guitarra un poco, antes de comer. Pero no me encontraba con ánimos suficientes así que dejé la guitarra para otro momento y llamé por teléfono a Álex, a ver si él podía darme algún consejo para arreglar lo de Sara y Jorge.


Álex me escuchó con paciencia y simplemente me recomendó que hablase con ellos y les pidiese perdón. Tampoco era gran cosa pero me sentí bien al contarle mis problemas a otra persona.



Mientras pensaba si escribirles, llamarles o esperar a mañana para disculparme en persona, me llegó un mensaje:


“La mariposa se acuerda de que de las dificultades, surgieron cosas buenas. Como dice el refrán: las estrellas sólo brillan cuando el cielo está oscuro.”~ mariposa


¡Ya casi me había olvidado de la mariposa misteriosa! Como siempre, tenía razón, así que  les escribí un mensaje diciéndoles que mañana tenía que hablar con ellos.


ELENA MARTÍN





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