Mi serie favorita: "Marianne."

 “¡Salve, salve! ¿Vendrás con nosotros esta noche? Habrá una fiesta en el bosque, y le prometí al Hombre Negro que estarías con nosotros” -Nathaniel Hawthorne.

Con este extracto de texto comienza la serie de terror francesa, Marianne, dirigida por Samuel Bodin y estrenada en Netflix el pasado 2019.

Cuenta la historia de Emma Larsimon (Victoire Du Bois), una escritora muy reconocida por sus libros de terror sobre una bruja llamada Marianne, basados en las pesadillas que tenía desde niña. Un día, Emma se dará cuenta de que lo que escribe en sus libros puede que no sea ficción, y decide volver a su pueblo natal, donde comenzó a tener las pesadillas que narran sus libros para poder descifrar el misterio que hace de Elden un pueblo maldito. Este misterio hace que el público quiera involucrarse cada vez más en esta serie, y querer resolverlo, lo que te hace mantenerte intrigado durante los 8 episodios, una duración perfecta, ya que si le quitas escenas y minutos perdería totalmente la esencia de los momentos clave.

Esta serie tiene un tono terrorífico y lúgubre, típico de las películas de terror, pero algo que la diferencia de una serie convencional del género, es su originalidad. Esto lo consigue mezclando diferentes géneros según la ocasión, lo cual hace la serie más llevadera y entretenida, puede pasar desde una escena muy terrorífica y con tensión a una escena graciosa que la libera, para después cerrar con un tono aventurero, más típico de películas como It o Los Goonies. No se cierran a un solo género como es el terror y en los miles de clichés que le siguen (aunque de screamers no se libra).

El guión es espectacular, hace diversos cambios temporales para que vayas descubriendo cosas del pasado de los protagonistas mientras que a la vez los ves en el presente, y es interesante ver cómo cada una de esas personas han llegado a ser lo que ves y las acciones que les han hecho ser así.

El trabajo de los actores es bueno, no se ve nada sobreactuado ni sin expresiones, es muy adecuado, tanto que consigues generar empatía hacia todos los personajes, incluso la protagonista, que al principio comienza siendo una persona odiosa pero puedes ver una clara evolución en su carácter.

Otra de las cosas bastante llamativas es la música, que consigue envolverte en las escenas o darle el tono que les apetezca, y a su vez, que se te quede pegada en la cabeza, hasta puntos que, solo con oír la música, sabes qué tipo de escena vas a ver, algo a lo que la fotografía también contribuye. Ésta es muy natural en los momentos relajados, pero a su vez nublada, dando un ambiente de tristeza y soledad pero sin exagerar, aunque en momentos clave se sobresatura, se oscurece mucho y te envuelve totalmente.

Un punto negativo puede ser que a veces los saltos de género en la propia serie, a pesar de ser muy convenientes y llamativos, hacen que la propia obra no se tome en serio a sí misma, ya que pasar de una escena de un asesinato a otra en la que los protagonistas se están riendo tranquilos, es un contraste muy fuerte que hace que al espectador le saque de esa atmósfera tan trabajada.

En resumen, es una serie que si te gusta el terror es imprescindible de ver, y aunque no seas fan del género, al ser mezclado con varios más, puede que sea una perfecta introducción para ti si te gusta el misterio o las aventuras. Está muy bien hecha, y a pesar de tener poco reconocimiento, es una de mis series favoritas, sobre todo por su trama tan compleja y el gran trabajo que tiene detrás.

©Raquel Piñero.




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