Capítulo 2: En el pueblo Ese día me levanté media hora antes de lo normal. Ya tenía hecha la maleta, pero la revisé por si acaso. Llevaba poco equipaje: ropa, móvil y cargador, los cascos y algunas cosas por si me aburría. Íbamos en autobús, el peor medio de transporte si eres un estudiante de secundaria. Cuando eres pequeño, te hace ilusión ir cantando todos juntos y mirar por la ventana. Pero conforme va pasando el tiempo, el adorable viaje en autobús se convierte en un infierno sobre ruedas: duelos de altavoces, papeles volando y la gente gritando más que en un concierto de Beyoncé. Como todos los días, esperé a Ivy en la esquina y fuimos juntos al instituto. Ya estaba el autobús y la profesora estaba pasando lista. Otra cosa que no me gusta de los viajes del instituto es que nos sientan por orden y siempre acabo al lado de Elías Martínez, el capitán del equipo de baloncesto, donde juega Ivy. Se tira todos los viajes diciéndome que, como soy muy alto (mido 1.95m), me apunte al...